Juan Bautista, Jesús y los esenios de Qumrán in Desperta Ferro
Aunque los textos de Qumrán, una parte de los manuscritos del mar Muerto descubiertos hace casi setenta años, son todos anteriores al nacimiento del cristianismo, se ha afirmado repetidas veces que tanto la figura de Jesús como parte del Nuevo Testamento no son sino una copia de las peculiaridades teológicas y sociales del grupo de judíos, una rama de los esenios, que se hallaba detrás de tales manuscritos. La importancia en sí de los esenios, autores o recopiladores de los textos qumranitas, en el panorama del Israel del siglo I d. C. queda clara por el hecho de que eran más de cuatro mil en aquel tiempo, como indica Filón de Alejandría, en su obra Quod omnis liber probus sit, 75, y porque el historiador Flavio Josefo, que era fariseo, dedicó casi cincuenta parágrafos a la descripción de los esenios en La Guerra de los judíos (II.119-161) por tan solo cuatro a saduceos y fariseos. No está de más, por tanto, preguntarse: ¿fueron Juan Bautista y su discípulo Jesús miembros de esta secta? ¿Fue Jesús en concreto un burdo remedo del fundador del grupo esenio autoexilado en las cercanías del mar Muerto, el Maestro de Justicia?